POR QUÉ TUS AXILAS PODRÍAN OLER A QUESO Y CÓMO SOLUCIONARLO
¿Tus axilas huelen más a queso que a ropa recién lavada? ¡No te preocupes, no estás solo! El olor corporal puede adquirir algunos aromas sorprendentemente intensos, y sí, el queso es uno de ellos. Exploremos las principales razones detrás de este olor a queso y profundicemos en formas simples y efectivas de mantener aromas corporales más agradables.
1. EL FACTOR BACTERIAS
¿Sabías que el sudor en sí mismo es inodoro? El verdadero culpable detrás de ese punzante olor a queso son las bacterias. Cuando el sudor de las glándulas apocrinas (principalmente en las axilas) se encuentra con las bacterias de la piel, puede producir olores fuertes. Curiosamente, diferentes personas albergan diversas especies bacterianas, por lo que algunos individuos pueden notar olores más fuertes o distintos que otros. Estas bacterias descomponen el sudor en ácidos, y es así cómo aparece ese aroma a queso.
Consejos prácticos
Dúchate regularmente. Mantén a raya esas bacterias con duchas diarias.
Usa productos antibacterianos. Opta por un jabón o gel de baño antibacteriano.
Usa ropa limpia. La ropa limpia significa menos bacterias.
2. CONSUMO DE ALIMENTOS
Tu dieta juega un papel importante en la forma en que hueles. Comer grandes cantidades de productos lácteos como el queso y la leche puede influir en el olor del sudor. Los alimentos con alto contenido de azufre, como el ajo, las cebollas y las verduras crucíferas (el brócoli y el repollo, por ejemplo), también pueden contribuir al olor corporal. Si bien estos alimentos son saludables, los compuestos de azufre se liberan cuando se digieren y algunos de estos pueden llegar al sudor. Cuando tu cuerpo descompone estos alimentos, puede liberar compuestos que hacen que tu sudor huela a queso.
Sugerencias dietarias
Reduce el consumo de lácteos. Intenta reducir el consumo de queso, leche y otros productos lácteos.
Equilibra tu dieta. Incorpora alimentos que ayuden a neutralizar el olor corporal, como las verduras de hoja verde y los cítricos.
3. CAMBIOS HORMONALES
Las fluctuaciones hormonales durante la pubertad, la menstruación o la menopausia pueden provocar un olor corporal más fuerte o alterado. Estos cambios pueden hacer que tu sudor huela agrio, a queso o simplemente más intenso.
Ajustes en el estilo de vida
Mantente hidratado. Bebe mucha agua para ayudar a diluir el sudor y reducir el olor.
Lleva una dieta balanceada. Una dieta saludable puede ayudar a regular las hormonas y minimizar el olor.
4. CONDICIONES MÉDICAS
Ciertas condiciones médicas también pueden provocar un olor corporal persistente. La hiperhidrosis (sudoración excesiva) y la trimetilaminuria (un trastorno que hace que el cuerpo emita olores a pescado o a queso) son dos ejemplos de ello.
¿Qué hacer?
Consulta con un médico. Si sospechas de una afección médica, busca asesoramiento profesional.
Sigue los consejos médicos. Los tratamientos y cambios en el estilo de vida recomendados por tu médico pueden ayudar a controlar los síntomas.
5. MALA HIGIENE
Saltarse las duchas o no cambiarse de ropa con frecuencia puede hacer que el sudor persista y se mezcle con las bacterias, lo que resulta en un olor corporal a queso.
Consejos de higiene
Dúchate todos los días. Las duchas regulares ayudan a eliminar el sudor y las bacterias.
Cámbiate de ropa con frecuencia. La ropa limpia puede marcar una gran diferencia.
Usa desodorante. Los desodorantes pueden ayudar a enmascarar y reducir el olor.
6. ROPA SINTÉTICA
Ciertas telas, especialmente los materiales sintéticos como el poliéster, pueden atrapar el sudor y las bacterias cerca de la piel, empeorando el olor.
Sugerencias de vestimenta
Elige telas naturales. Opta por materiales transpirables como el algodón o el bambú.
Evita usar ropa ajustada. La ropa holgada permite que el sudor se evapore más fácilmente.
7. ESTRÉS Y ANSIEDAD
El estrés y la ansiedad pueden hacer más que solo afectar tu estado de ánimo, también pueden afectar cómo hueles. Cuando estás estresado, tu cuerpo produce un tipo de sudor que es más espeso y está lleno de proteínas. Eso es un festín para las bacterias que causan el mal olor, lo que provoca un olor corporal más fuerte, a veces con aroma a queso.
Consejos para manejar el estrés
Practica técnicas de relajación. Actividades como el yoga, la respiración profunda o la meditación pueden ayudar a reducir los niveles de estrés.
Haz ejercicio regularmente. La actividad física no solo reduce el estrés, sino que también ayuda a regular la producción de sudor.
8. PREDISPOSICIÓN GENÉTICA
Algunas personas están genéticamente predispuestas a tener un olor corporal más fuerte. La genética puede determinar la cantidad de sudor apocrino que produces y el tipo de bacterias que viven en tu piel, lo que hace que algunas personas sean más propensas a generar olores como el queso.
Qué hacer si es genético
Consulta a un especialista. Si sospechas que la genética juega un papel importante en tu olor corporal, un dermatólogo puede ayudarte a recomendar soluciones adaptadas a la composición de tu piel y sudor.
Considera los desodorantes avanzados. Los antitranspirantes de potencia clínica o los desodorantes pueden ayudar a controlar los olores impulsados genéticamente.
Entonces, si tus axilas emiten más olor a pizzería de lo que te gustaría, ahora sabes por qué. Desde las bacterias hasta la dieta, las hormonas y la higiene, hay muchas razones por las que tu cuerpo podría estar canalizando un olor a queso. La buena noticia es que, al igual que elegir los ingredientes correctos para una pizza, puedes hacer pequeños cambios, como ajustar tu rutina de higiene o replantearte tu guardarropa, que tendrán un gran impacto. Dile adiós a ese aroma a queso y da la bienvenida a las axilas más frescas.